viernes, 28 de noviembre de 2008

METAS Y SUEÑOS


Muchas veces tenemos sueños y metas que queremos cumplir o no nos atrevemos a utilizar las herramientas que tenemos para alcanzar lo que queremos, yo tengo sueños y metas y un dia me decidi a utilizar mis herramientas que tengo a mi alcanze.
Que feliz te sientes y orgullosas cuando vez que de a poco vez florecer tus sueños con esos esfuerzos que haces cada dia.

Por eso digo que atreverse a utilizar tus herramientas para ver cada dia mas cerca ese sueño o meta es lo mejor que puedes realizar en el ciclo de tu vida.

jueves, 27 de noviembre de 2008

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PERFIL DE UNA SECRETARIA MODERNA


DE SÓLIDA FORMACIÓN Y ORIENTADA AL SERVICIO, NO DESCUIDA SU VIDA PERSONAL


Una formación ajustada a las necesidades de hoy, vocación de servicio, buenas relaciones interpersonales, así como habilidad para equilibrar sus responsabilidades laborales y personales, son características que definen a la secretaria moderna.


“Las competencias de una secretaria de los años 70 u 80 y las de una secretaria del siglo 21 son diferentes”, dice Thelma Camarena, vicerrectora ejecutiva del Instituto Cultural Dominico Americano, institución que imparte la carrera Técnico Superior en Asistente Ejecutiva o Executive Assistant.


La secretaria debe proyectar profesionalidad y seguridad tanto en sí misma como en la función que desempeña.


LA TERNURA


Sentimos ternura hacia los diversos seres con los cuales nos sentimos tan unidos, que somos poco menos que capaces de ponernos en su lugar y experimentar en nuestro propio "yo" su estado interior.


Ternura es una sensibilidad para con los estados del alma del otro.
La ternura es una actitud afectiva interior y no se limita a las manifestaciones externas, que pueden ser puramente convencionales. Por el contrario, siempre es individual, interior e íntima, rehuye las miradas, porlo menos hasta cierto punto, es púdica.No puede manifestarse libremente más que respecto de aquellos que la comprenden y sienten.


Si las manifestaciones de ternura sirven para satisfacer sobre todo nuestras necesidades de afectividad, el desinterés desaparece.
Un cierto utilitarismo entra en el amor humano.


Todos aquellos que tienen una necesidad particular de ternura -los débiles, los enfermos, los que padecen física o moralmente- tienen derecho a ella.Los niños, para quienes la ternura es un medio natural de manifestar el amor (no sólo para ellos, por otra parte) tienen un derecho particular al cariño.Por consiguiente, es necesario aplicar a estas manifestaciones, sobre todo exteriores, una medida única, la del amor de la persona.
El amor de la persona y entre las personas ha de reunir la ternura y una cierta firmeza e intransigencia.
En otro caso, se convertirá en enternecimiento, sensiblería y debilidad.No ha de olvidarse que el amor humano es también una lucha por el ser humano y por su bien.
No están moralmente justificadas más que las formas de ternura que corresponden plenamente al verdadero amor de la persona y no lo están cuando se deben a la afectividad o sensualidad. A menudo la "ternura" prematura destruye el amor y la familiaridad excesiva es una forma de placer sexual.Sólo por la templanza, la castidad y la continencia se forma y desarrolla la ternura.Es peligroso experimentar el amor de forma superficial y, al mismo tiempo, usar esta "materia" de la que están formados el hombre y la mujer.En tal caso ni el hombre ni la mujer podrán alcanzar el bien esencial ni el aspecto objetivo del amor, sino que se quedarán en las manifestaciones puramente subjetivas, sin extraer de ellas más que un placer inmediato.En vez de comenzar siempre de nuevo y de crecer, semejante amor se interrumpe continuamente y acaba.
La ternura es el arte de "sentir" a la persona, al ser humano en su totalidad.La ternura crea una atmósfera interior de armonía y comprensión mutua.
La mujer espera ternura del hombre y tiene un derecho particular a esa ternura en el matrimonio, donde se da al hombre y vive esos momento y períodos tan difíciles e importantes de su existencia que son el embarazo,el parto y todo lo que con ellos se relaciona.Su vida afectiva es, en general, más rica que la del hombre y, por consiguiente, tiene mayor necesidad de ternura y cariño.El hombre también lo necesita, pero bajo otra forma y en distinta medida.En ambos, la ternura crea la convicción de que no están solos y de que su vida es compartida por el otro.Semejante convicción es para ellos una gran ayuda y refuerza la conciencia que tienen de su unión.
No puede haber una verdadera ternura sin una verdadera continencia, que tiene su origen en la voluntad siempre dispuesta a amar y triunfar de laactitud de placer que la sensualidad y la concupiscencia tratan de imponer.El amor del hombre y la mujer no puede construirse más que por medio del sacrificio de sí mismo y del renunciamiento.
"El que quiera venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo..."